domingo, marzo 25, 2007

300

No puedo evitar llorar cuando una canción me atrapa, cuando una canción acompaña unos sentimientos, unas imágenes, unas ideas que hacen agrandar la vida, la pasión, el amor, el cariño, la amistad...



Vengo de ver la película "300"
y he regresado encantado.

El vocabulario es exquisito, el argumento de ciencia ficción pura y realidad incierta pero aplastantemente enamoradiza, las batallas tan escandalosas, tan mágicas...

Contiene un alto grado de fijación en la amistad, un elevado ejemplo de lo que la tecnología es capaz de hacer con los paisajes, golpes, sangre y efectos especiales arraigados al guión cinematográfico, y una gran adaptación al cine de la historia griega añadida a la ilmaginación del creador de los monstruos que llegan a salir.

Nada, que recomiendo a todo el mundo a que la vaya a ver, excepto a los niños...la sangre, los combates y alguna escena que otra subidita de tono creo que no es conveniente que sean vistas por los ojos de los pequeñajos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

no esta mal de vez en cuando dejar brotar unas lagrimillas, lo malo es contenerlas.
no he visto la peli pero te hare caso,la has pintado muy bien.jeje.

un beso.

sonia.

Anónimo dijo...

No me gusta ver peliculas. Es cultura, pero me aburre...
Yo tambien me conmuevo con todo... hasta con el rocio de las flores =)
Saludos desde Chile