jueves, febrero 16, 2006

MENÚ DE CORTES

No hará mucho, conocí a un amigo al cual le encantaba dibujar. Se llama Raúl Markos y desde entonces entablamos una amistad en la que congeniamos gracias a nuestras aficiones. Yo le dí varios relatos que él me ilustró a las mil maravillas. Hace poco me dio él una idea para escribir en la que estoy trabajando y de la que después, imagino que saldrá otro de sus fantásticos dibujos. Para que comprobéis de qué os hablo, os dejo con uno de los relatos de los que le pasé y el dibujo con el que me contestó él:

MENÚ DE CORTES

- ¡Cierren la puerta!, ¡está cerrado!. – le dijo Alfonso en tono amable a los que querían entrar.
Las ocho y media y Ramón García Vozmediano sería el último cliente del día, como habíamos planeado. Alfonso lo iba dejando guapo para la ocasión mientras recortaba tras la oreja, moldeaba sus patillas y pasaba la maquina de afeitar por debajo de la nuca.
Seguí leyendo el periódico deportivo mirando de vez en cuando al espejo. Esperé la señal. El Atlético de Madrid había ganado al Osasuna, ¡qué mérito! para un recién ascendido.
Alfonso me guiñó un ojo por el espejo sin que Ramón se diera cuenta. Me levanté de la silla y fui hacia la puerta. Bajé las persianas, eché la llave y lancé una mirada asesina hacia donde Ramón esperaba su corte de pelo.
- Eh, espérese que aún quedo yo – dijo riéndose Ramón.
Tranquilo, si no vas a ir a ninguna parte, pensó Alfonso y le metió un tajo con la cuchilla en el cuello.
- Oiga, tenga más cuidado que me ha cortado – dio un respingo hacia delante de la silla y se llevó una mano donde sangraba.
- Uy, perdón. Siento haberle cortado ahí – y lanzó otro corte por encima de la cerviz.
Me abalancé sobre él sujetándole los brazos para que no se moviera demasiado.
- ¡¡Suéltame!!, ¿pero qué coño estáis haciendo?. – dijo intentando zafarse de mi abrazo.
Sostuve la presa tambaleándose junto a mí mientras Alfonso dio otra estocada por su oreja derecha. La sangre comenzaba a chorrear a borbotones. Los pelos que habían caído desde su cabeza al suelo estaban bañados en un color rojizo como si de un tinte para el pelo se tratara. El espejo también presentaba manchas del salto de gotas de sangre. Ramón gritaba de dolor y rabia.
Intentó librarse de mí lanzando su cabeza hacia atrás. Esquivé el golpe y lo levanté del asiento aún sosteniéndolo entre mis brazos. Lo puse frente a Alfonso que balanceaba la cuchilla como si fueran unos nunchaku. Éste se acercó embalado y apuntilló la navaja en su corazón. Un último alarido lo dejó suspendido en el aire por centésimas de segundo. Dejé caer todo su peso al suelo y allí siguió derramando sangre por todo el local.
Ramón García Vozmediano había pasado a la historia. Un surtidor de sangre se había abierto en la peluquería. Con su “reciente corte de pelo” lo levantamos, colocamos su cuerpo en la silla de los clientes y le hicimos la foto. Después la guardamos en nuestro álbum de cortes actuales.


3 comentarios:

Anónimo dijo...

Buen relato y el dibujo esta chulisimo tambien, aunque un final un poco tetrico no?? jeje, parece sacado de una peli de terror, pero bueno no todo van a ser finales felices. Seguir asi.
Besosss

Anónimo dijo...

Me encantan los finales tétricos y desvariados. Suelen ser las cosas que la gente se imagina y que desea que jamás llegue a ocurrir. Me alegro de que te guste.

Raúl dijo...

Pues me parece que eres muy creativo y bastante sangriento... Ja ja ja! El realto tiene una buana intensidad y una estructura narrativa simple pero efectiva...

Voy a releerlo y te doy más comentarios. Gracias por campartirnos tus escritos!

(Y saludos al autor del dibujo. Es bastante nuevo y me parece que tiene un estilo poriginal)

Saludos,