miércoles, febrero 15, 2006

MUESTRAS DE APOYO en un día de AMOR

Agradezco desde aquí todas las muestras de apoyo que me habéis mandado (incluido al GATO CON BOTAS) respecto a mi flojedad sentimental venidera que me sumerge en el fondo del mar últimamente.

Después de solucionado “el problema” que aún desconozco cuál fue, me gustaría dejaros un pequeño relato que he escrito sobre mi amigo Valentín:


SIN VALENTÍN
Valentín era un joven desaliñado y solitario. Su timidez y vergüenza hacia las chicas lo convertía en un chico aún más interesante. Todas las chicas de la universidad estaban enamoradas de él. Solía pasear con las manos metidas en los bolsillos de su pantalón de chándal, la cabeza agachada y dándole pequeñas patadas al aire en su caminar. Con una sonrisa como fiel acompañante caminaba y caminaba por el parque, el paseo y el recinto vigilado por las miradas alocadas de las jóvenes más hermosas de la ciudad.

Una mañana de Febrero, la chica más atractiva de la universidad en la que ambos estudiaban, se le acercó, y le propuso una noche romántica llena de diversión y pasión si él era capaz de cambiar su forma de vestir y su timidez por una ropa más metrosexual y un aspecto más serio y distante hacia las demás chicas durante un día. Valentín, que nunca había tenido una relación sexual aceptó muy ilusionado las condiciones que le expuso pues imaginó que tampoco serían muy difíciles de cambiar por un día.

Así el 14 de Febrero engominó su enrevesado cabello y lo asemejó a uno de los peinados que había visto por televisión a un modelo de pasarela. Cambió sus andrajosas ropas por una camisa negra, chaqueta de cuero, pantalones vaqueros oscuros y zapatos azabaches. Cuando apareció por los alrededores de la universidad, las chicas quedaron impresionadas aún más de lo atractivo que podía llegar a convertirse Valentín. Hechizadas, pronto se le aproximaron para contemplarlo más de cerca, saludarlo y darle los buenos días como siempre hacían. Querían deleitarse con la sonrisa tan maravillosa de aquel chico que se había convertido tan especial para todas las adolescentes del complejo. Pero al acercarse, Valentín les giró la cara. Una cara que ya no contenía la preciosa sonrisa de la que todas las adolescentes se habían enamorado. Una boca de la que no había salido respuesta alguna a los “buenos días” que todas le habían deseado. Sus admiradoras se habían quedado sin Valentín. Sin ese chico al que tanto amaban por su peculiar estilo para todo.

Valentín estaba siguiendo a raja tabla la propuesta que la chica más atractiva de la universidad le había impuesto. Cambio de look y de personalidad a cambio de una noche pasional. Pero Valentín no se sentía demasiado conforme con el rechazo que había tenido que mostrarles a sus amigas de la universidad. Porque él consideraba que cualquier chica o chico que lo saludaba por las mañanas eran sus amigos.

Aún así, siguió su camino hasta la casa de Patricia, pues así se llamaba la chica más popular de la universidad, y llamó a su puerta. Cuando Patricia apareció, su deseo se volvió irremediable pero cuando describió que sólo lo quería por su atlético cuerpo y que así lo único que conseguiría sería perder la amistad de toda su gente, la dejó desnuda y ardiente de pasión y se marchó tras una despedida pobre pero despiadada.

Se revolvió el pelo, se quitó la ropa y únicamente se quedó con unos calzoncillos blancos ajustados al cuerpo. Regresó al parque donde los chicos y chicas de la universidad se congregaban a pasar las tardes y una vez allí, centró toda la atención de las chicas y todas sintieron como si Valentín les hubiera clavado un flechazo en el corazón.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Si, tengo que darte la razón...todas hemos soñado alguna vez con un "Valentín" como el de tu relato, pero al parecer cupido no anda muy acertado con sus flechas últimamente. A veces nos dejamos llevar por las apariencias y por nuestros instintos más salvajes sin darnos cuenta que, lo que importa realmente es lo que cada uno tenga en su corazón. No podemos pretender ser jueces de la vida, ser uno mismo y valorarse como tal es lo única llave que abrirá la puerta de nuestra felicidad.

Besos dulces.

Raúl dijo...

Ahora estoy seguro: Para nuestra buena fortuna, amigo, tu no tienes remedio. Y en este relato revelas tu talento y originalidad.

¿Sabes? Llevo varios días tratando de escribir un cuento, pero no lo he logrado...

Me he divertido mucho con este relato. Voy a intentar con mi cuento de nuevo...

Saludos,

Tux Dragon dijo...

Hola hola, bueno aqui ando regresando la visita y si cuando gustes te puedo ayudar para arreglar la apariencia de tu blog

Anónimo dijo...

Pues si, esto es un ejemplo de moral y sirve para darse cuenta de que no hay que dejarse llevar por las apariencias ni por la primera impresion, lo que importa esta en el interior, y a la hora de la verdad es con lo que creo que al final todos nos quedamos. Ya sea hablando del amor como de la amistad o lo que sea, siempre hay que brindarle a la gente la oportunidad de que se den a conocer tal y como son.